Acerca del maquillaje permanente: lo bueno y lo malo
El maquillaje permanente es una nueva técnica de make up que consiste en la implantación de micro pigmentos de colores en la piel a través de una aguja muy fina. Como todo tratamiento de pigmentación de la piel, debe hacerse bajo condiciones de sanidad garantizadas, aunque a diferencia de los tatuajes, el maquillaje permanente no es doloroso.
El maquillaje permanente tiene una duración media de dos años. Los pigmentos, a medida que pasa el tiempo, son reabsorbidos por la piel, por lo que al término de dos años hay que hacer un retoque porque algunas áreas aparecerán gastadas o poco lúcidas.
Cuáles son las zonas en que se puede aplicar el maquillaje permanente
Se ha desarrollado maquillaje permanente para párpados (delineador), labios, cejas y cicatrices.
Ventajas del maquillaje permanente
Las ventajas obvias son que siempre vas a estar maquillada, hasta cuando te despiertes o después de ducharte. Además, puedes corregir imperfecciones de la piel y asimetrías en labios o cejas; aumentar el grosor de los labios y disimular ciertas arrugas, entre otros beneficios estéticos.
Desventajas del maquillaje permanente
El maquillaje permanente no debe realizarse sobre lunares, pecas, verrugas o lesiones. Tampoco puede realizarse este maquillaje a personas que padecen HIV o que son alérgicos. Asimismo, como los tatuajes, no pueden realizarse durante el embarazo, en el transcurso de una hepatitis o con tratamientos de quimioterapia. Tampoco puedes exponerte al sol después de unos días del tratamiento. Finalmente, si no haces los retoques se verá muy mal, por lo que es un tratamiento que deberás mantener de por vida.